Coche en verano

¿Sabes lo que le ocurre a tu coche en verano mientras tú disfrutas de las vacaciones?

Las vacaciones de verano son ese merecido respiro que todos necesitamos: desconexión, relax, descanso, familia y amigos y, con frecuencia, largas jornadas junto al mar. 

Pero mientras tú disfrutas del sol, de la arena y del agua salada, es fácil olvidar que tu coche quizás no esté pasando sus mejores días… Si normalmente duerme resguardado en un garaje, pasar tus vacaciones al aire libre en una zona costera puede suponer un auténtico castigo para su carrocería, su pintura e incluso para sus componentes mecánicos.

Dejar el coche estacionado en la calle, bajo el sol y expuesto a la brisa marina, le pasará factura. El entorno costero presenta unas condiciones ambientales muy particulares que, si no se toman precauciones, pueden acelerar el deterioro de tu vehículo de forma silenciosa pero implacable. ¿Qué hacer con tu coche en verano para que no acuse muchos estos días?

Peligros que sufre tu coche en verano si lo dejas en la calle

1.- Radiación solar intensa:

La exposición directa al sol durante horas afecta principalmente a la pintura, que pierde brillo y puede decolorarse con el tiempo. Además, los faros tienden a amarillearse y los plásticos exteriores se agrietan. En el interior, los materiales del salpicadero y asientos también sufren: el calor acumulado puede superar los 60 °C, provocando deformaciones, pérdida de color y envejecimiento prematuro de los materiales.

2.- Ambiente salino:

La brisa marina transporta pequeñas partículas de sal que se depositan en la carrocería y en la parte inferior del coche. Esta salinidad, combinada con la humedad del ambiente, actúa como acelerante del proceso de corrosión, especialmente en zonas metálicas desprotegidas o en pequeños impactos donde la pintura ya ha saltado. Aunque los coches actuales están tratados con recubrimientos anticorrosivos, el efecto acumulativo del ambiente marino sigue siendo muy agresivo.

3.- Arena y polvo en suspensión:

El viento costero suele arrastrar partículas finas de arena que se adhieren a la superficie del vehículo. Estas pequeñas partículas actúan como lija cuando se manipulan sin cuidado (por ejemplo, al pasar un paño seco para limpiar). Con el tiempo, generan microarañazos en la pintura y deterioran el acabado de la carrocería.

4.- Condensación nocturna:

En las zonas costeras es frecuente que, al caer la noche, se forme una fina capa de humedad sobre la superficie del coche. Este rocío nocturno, cargado de sal, no solo acelera la corrosión, sino que puede afectar también a componentes eléctricos si las juntas no están en buen estado.

5.- Inactividad del motor y sistema de frenos:

Dejar el coche sin uso durante días en un entorno húmedo puede afectar a elementos como los discos de freno, que tienden a oxidarse superficialmente. También puede producirse una ligera descarga de la batería si el vehículo permanece inmóvil demasiado tiempo con altas temperaturas ambientales.

6.- Exposición prolongada a excrementos de aves o resina de árboles:

Aunque pueda parecer un detalle menor, los excrementos de pájaros y ciertas resinas vegetales son altamente ácidos y pueden dañar la pintura si no se eliminan a tiempo. En vacaciones, cuando el coche permanece varios días sin vigilancia, este tipo de daños es más frecuente.

Consejos para proteger tu coche durante las vacaciones

  1. Lávalo y encéralo antes del viaje: una buena capa de cera actúa como barrera protectora frente a rayos UV, sal y contaminantes.

  2. Usa una funda específica para exterior: especialmente si vas a dejarlo en la calle muchos días. Asegúrate de que sea transpirable para evitar la acumulación de humedad.

  3. Evita aparcar bajo árboles o cables de tendido eléctrico: minimizarás el riesgo de excrementos y resinas.

  4. Revisa las juntas y gomas del vehículo: un buen estado de estos elementos evita filtraciones de humedad que podrían afectar sistemas eléctricos.

  5. Arráncalo cada pocos días si es posible: o mueve el coche mínimamente para evitar agarrotamiento de frenos y otros componentes.

  6. Haz un lavado completo al regresar de vacaciones: especialmente del bajo del vehículo, donde se acumula la sal.

Proteger tu coche en verano durante las vacaciones no es solo una cuestión estética, sino también una medida preventiva que puede ahorrarte muchos costes en el futuro. Mientras tú desconectas, él sigue enfrentando las inclemencias del entorno. Cuídalo, búscale un parking si es posible, y responderá durante muchos veranos más.